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GPS para Gourmets. Brasserie Atelier, Sabinillas, Manilva. Alegrías belgas para los 5 sentidos

23 de abril de 2025

Cocina clásica, elaborada con toda profesionalidad durante horas y horas de trabajo. Especialidades belgas de siempre, cuidadas hasta la perfección para ofrecer sensaciones majestuosas a cada comensal. Esa es la filosofía de la Brasserie Atelier de San Luis de Sabinillas, recién abierta por la Familia de Guy Franckx, heredero de los grandes maestros belgas de los fogones.

Guy Franckx y su equipo proponen platos colosales, supremos, pero siempre cercanos, capaces de despertar recuerdos entrañables y listos para regalar alegrías belgas a los 5 sentidos.

Hablamos de: mejillones capaces de enloquecer a cualquier persona tanto con el molusco como con el caldo, 20 euros; “filete a la americana” de ternera, en el nivel de los mejores “steak tartar”, 16 euros; o “vol au vent” de pollo y champiñones, 15 euros, una tartaleta de hojaldre crujiente bien rellena y cubierta de salsa, que te invita a aplaudir en pie por su grandeza.

La Brasserie Atelier de Sabinillas va más allá de la cocina. Es, también, una sala acogedora, decorada con tonalidades y luces íntimas, super relajantes, bañada por una música suave, casi espiritual. La continuación perfecta de tu casa soñada.

Tenemos que añadir la eficacia del personal de sala. Victoria reúne juventud, ilusión y profesionalidad de nivel 10, como corresponde a una persona enamorada de la hostelería, receptora de las enseñanzas en los fogones del Maestro del lugar; y junto a ella con otro gran profesional belga, complemento perfecto de Guy Franckx por su conocimiento del servicio a la clientela.

Nuestra Primera Cata de Brasserie Atelier se ha desarrollado en una cena para 3 personas que ha ido creciendo en intensidad emocional desde la propuesta inicial de cervezas belgas, siempre inolvidables por sus notas gourmet, hasta la fase de los postres, con 3 joyas dulces capaces de grabarse en la memoria: mousse de chocolate con leche belga; dama blanca, con helado de vainilla belga, 7 euros; y gofre de Bruselas, 6 euros… de otra galaxia.

Guy Franckx acierta de lleno con su nuevo restaurante tras triunfar plenamente en los fogones del Greek del Puerto. Su planteamiento de Brasserie Atelier confirma el grado de calidad de la gran cocina belga, una fuente de felicidad para cualquier persona amante de la buena mesa.

Os aseguro que aquí se disfruta intensamente de cualquier propuesta, ya que está elaborada: con calma; con ingredientes frescos, recién comprados, ya sean vegetales de cercanía, carnes o mejillones, imprescindibles para el plato nacional de Bélgica; y con el Arte de un cocinero experto, protagonista de un largo historial de éxitos y con la herencia de un padre situado entre los 100 grandes profesionales de aquel país.

Brasserie Atelier entra de lleno en la lista de referentes belgas de la Costa del Sol y, con seguridad, del resto de España. Guy Franckx es el continuador perfecto de los grandes que llegaron a Málaga en los años 70 del siglo pasado, los maestros de generaciones de profesionales del sur tras pasar de los hoteles a las escuelas de hostelería.

La parada imprescindible en el Occidente malagueño para disfrutar con la cocina clásica de Europa se llama Brasserie Atelier, está en Sabinillas y redondea la experiencia con sus cervezas deliciosas.

MEJILLONES A LA MANERA BELGA

Cacerola roja impecable con la inscripción “Moules” bien grande y en blanco. Guy Franckx levanta la tapa del tesoro… y suspiramos ya con el aroma de los mejillones a la belga. Es solo el comienzo de la fiesta.

Pero voy por partes. Arrancamos la experiencia gourmet con unas cervezas… cargadas de sorpresas para el paladar justo antes de disfrutar con esos mejillones recién cocinados. Guy nos recomienda 3 tesoros: La Corne Tripel, con 10 grados de alcohol, que bebo en un cuerno natural perfectamente pulido; Karmeliet Tripel y Leffe, que es casi una cerveza negra.

La espuma de cada una de estas cervezas es una fiesta. Su aroma descubre toques divertidos de fruta y su sabor se acerca más a los detalles de un vino, con sus notas singulares que se disfrutan en cada trago. Experiencia 10, más reconfortante aún con las explicaciones de Guy y Victoria, acompañadas por una liturgia especial para servir cada copa,

Vamos ya con esos mejillones geniales. Más que mejillones por el valor de ese caldo, hecho de cebolla, apio, tomate, vino blanco y pimienta negra, que potencia el placer asociado a un plato clásico y… monumental.

Atención, hay un complemento inevitable para estos mejillones: las patatas fritas… con grasa de buey y acompañadas de mayonesa belga. Es una experiencia mágica. Nos han gustado los mejillones, por su textura delicada, sin blandura, y por su sabor intenso. El caldo abundante de esta cazuela gigante, con más de 3 raciones por solo 20 euros, es un auténtico lujo vegetal con toques marinos.

Los mejillones, por una parte, y las patatas fritas, crujientes por fuera, cremosas en su interior, por otra, son razones suficientes para volver a Brasserie Atelier una y mil veces. Guy Franckx pela a mano más de 40 kilos de patatas cada día y esa frescura de producto marca la potencia gourmet de su propuesta.

Os aseguro que la experiencia es mejor que en la propia Bélgica y contamos la experiencia acumulada en diferentes restaurantes de la propia Bruselas.

FILETE AMERICANO, EL MESTIZAJE MÁS SABROSO

Guy Franckx nos indica que es un “filete americano”, no un tartar, cuando presenta el segundo plato de la noche: carne cruda con salsa de tabasco, con mayonesa, con mostaza, con huevo y con peregil. Alcaparras, cebolla y pepinillos apoyan un plato refrescante que se disfruta con rebanadas de pan tostado.

Es un regalo para carnívoros, ya que permite disfrutar con todos los matices de la carne de calidad en crudo. Impresiona por su delicadeza y… su ligereza. Está a años luz de la pesadez de las carnes martirizadas en el fuego para amantes de la comida carbonizada.

LA MAGIA DE LA GRAN COCINA

El final… salado de esta cena llega con uno de los monumentos de la cocina belga: el “vol au vent”, elaborado con hojaldre, pollo, champiñones y salsa, todo un espectáculo para los sentidos en compañía de: albóndigas de pollo, croquetas de patata y… limón, muy importante.

Este plato rebosa vida. Es cálido, cariñoso, relajante. Un sabor de siempre, aunque no seas belga, que reconforta el espíritu y el aparato digestivo. Cada bocado de hojaldre crujiente, pollo y salsa es un regalo. Los toques sedosos del pollo contrastan con la consistencia de los champiñones en medio de un baño de salsa bechamel muy delicada, casi líquida.

El ”vol au vent” de Brasserie Atelier es un plato entrañable, que reparte alegría entre las personas sentadas a la mesa. Se sitúa entre los 3 primeros platos de cocina tradicional en 2025. Imprescindible en cualquier menú elaborado por Guy Franckx.

LA FIESTA MÁS DULCE

Hemos “surfeado” las grandes propuestas belgas a lo largo de la cena: las cervezas de Abadía, creadas por las comunidades de monjes hace siglos, en el primer momento: los monumentos gourmet después…para finalizar con el dulce… y qué dulce: chocolate belga, helado de vainilla belga y gofre de Bruselas con Advocat, el licor de yema de huevo más genuino de Bélgica.

Fin de fiesta apoteósico. Todo un lujo para quien aprecia el dulce comedido, sin exceso alguno de azúcares.

El primer postre: mousse de chocolate belga con leche, para enloquecer desde la cucharada inicial. Chocolate sutil, que recuerda los primeros saboreados durante la niñez pero en versión exquisita. Muy gratificante.

Dama Blanca, nombre cargado de misterio para una copa colosal de helado de vainilla de Bélgica, chocolate liquido y caliente además de nata de verdad, nata auténtica, nada artificial. La presentación de esta copa anuncia su calidad en el olfato y en el paladar.

Contrastes de temperatura, de texturas y de sabores, pero siempre elegantes, muy sutiles, con un dulzor refinado, que no genera ni la menor sed durante la digestión.

El broche definitivo llega con un gofre de Bruselas, sí, de Bruselas, ya que hay tantos gofres como ciudades belgas. Se distingue por incorporar: nata, cacao y licor Advocat, un combinado de yema de huevo y alcohol calificable de… acariciante.

Impresión inicial: majestuoso. El gofre en sí es crujiente, muy liviano, diría que comparable a un churro hecho con todo cariño en el mejor aceite. Esa masa refinada incorpora la nota de huevo y alcohol del Advocat casi como un “borracho”. El contrapunto del cacao y la nata redondea el placer en los sentidos. Super delicioso.

Gratificante de principio a fin, esplendida en cada propuesta, con la garantía de una tradición de gran cocina, así es la propuesta de Arte desplegada por Guy Franckx y su equipo en Brasserie Atelier de Sabinillas, en Manilva. Merece el mejor reconocimiento.

Los precios contenidos, super correctos, las atenciones continuas con la clientela y la garantía de calidad en las propuestas tradicionales belgas convierten esta propuesta gourmet en imprescindible para cualquier persona amante de la buena mesa en todo Málaga. Ya estamos listos para volver. Muy ilusionados.

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