Escenario majestuoso: el continente africano, al fondo; el Peñón de Gibraltar, a la izquierda con su silueta completa; y delante de nosotros, casi en los pies, la playa de Getares, una de las que cierra el Mediterráneo occidental. Es el territorio del Restaurante Cepas, emblema gourmet de Algeciras por su cocina entre dos mundos, como corresponde al enclave que une Europa y África.
El mejor mirador del Estrecho nos descubre el concepto gourmet de Alberto Taja Barragán y su equipo: un viaje por platos con el mejor sello andaluz interpretados con toques innovadores de aquí y de allá. Sus propuestas en Cepas impresionan, primero, por potencia visual, y enganchan, después, por frescura, alegría y capacidad de sorprender.
La atención impecable del equipo de sala es otra de las notas supremas de un restaurante de línea clásica, que regala un extra de confort y atención altamente profesional a sus clientes desde el instante que atraviesas el umbral de entrada.
Hemos disfrutado este ambiente en un almuerzo super agradable, aunque corto en degustación de platos… porque nos quedaba un viaje largo por delante. La experiencia ha sido gratificante y esperamos redondearla en un futuro próximo.
Solo 3 propuestas de una carta concisa, bien planteada, que reúne: sugerencias, tapas clásicas, tapas “callejeras”, entradas, productos del mar y parrilla a la brasa, además de postres.
Nuestra selección ha arrancado con: una tapa de ensaladilla rusa con ventresca de atún, 3,20 euros en plan tapa, calificable de majestuosa. El segundo impacto ha salido de “sugerencias de nuestra cocina”: croquetas de costilla con mayonesa de chimichurri y tataki de retinto, 14,00 euros, un valor imprescindible en cualquier visita a Cepas.
El atún rojo panceta, un prodigio de atún de almadraba envuelto en panceta ibérica de bellota sobre setas de temporada, 26,50 euros, nos ha convencido del nivel de los fogones y de la capacidad creativa de sus profesionales. Soberbio, sí, aunque también mejorable, como corresponde a un plato estelar del capítulo productos del mar.
La cuenta final, por debajo de 50 euros, nos ha confirmado la excelente relación entre calidad y precio de Cepas, el restaurante que nos había recomendado Carlos de Arcos, el grande del pan a los mandos de Canela y Trigo, también en Algeciras.
Ahora mismo hay pocos establecimientos con un personal tan atento y con una cocina tan interesante en todo Cádiz. Os cuento los detalles en los siguientes párrafos de esta Primera Cata. Apuntadlo en vuestro listado de Imprescindibles para 2026.
MÁS QUE UNA TAPA, UN PLATO DE CUERPO ENTERO
Sentados en el salón de Cepas más cercano al Mediterráneo, en un mirador que lleva tus ojos por el Norte de África, por Gibraltar y por la playa de Getares tenemos que pedir una ensaladilla rusa. El emblema de la cocina andaluza más enraizada, de la cocina de la Costa, exhibe todo su poder de la mano de Alberto Taja.
La tapa tiene todas las hechuras de un plato principal. Impacta por su presentación, muy cuidada, y por su generosidad, más que suficiente para dos personas. Muy bien.
Es enérgica, con una sinfonía perfecta entre todos sus ingredientes. También es acariciante, con la nota delicada del aceite empleado en su elaboración y del aceite del atún que corona el plato. Podríamos estar horas disfrutando con esta ensaladilla. Impecable y… estimulante. La calificaría con un 9 sobre 10.
LAS CROQUETAS QUE SIEMPRE HAS SOÑADO
Pasamos de lo clásico a lo vanguardista con las croquetas de costilla, bien acompañadas por una mayonesa de chimichurri, con su toque picante, que se coronan con piezas de retinto en tataki.
Brutales, un verdadero escándalo de texturas y sabores gourmet. Merecen el viaje desde el punto más lejano.
Son esculturas perfectas, que disparan los jugos gástricos gracias a los colores cálidos del filetito de retinto dispuesto sobre cada croqueta en contraste con los tonos delicados de las propias croquetas y de la mayonesa.
El sentido de la vista predispone al disfrute de este plato. El aroma de cada pieza va subiendo el voltaje de la experiencia hasta que se llega al bocado inicial: aquí entramos en éxtasis.
Sabores profundos, especialmente refinados, que transmite todos los matices de una carne tan solo acariciada por el fuego. El contrapunto de la mayonesa redondea el placer que hemos experimentado con esta genialidad de Alberto Taja. Es un 10 sobre 10, desde mi punto de vista.
EL SEÑOR DEL ESTRECHO Y EL NÚMERO 1 DE LA DEHESA
El encuentro del año se llama atún rojo panceta, lleva el sello de Alberto Taja y reúne al gran señor del Estrecho, el atún rojo de almadraba, con el número 1 de la dehesa extremeña, la panceta ibérica de bellota. La sintonía entre estos dos productos de excepción, verdaderos fuera de serie, es impecable.
La grasa de esa panceta, derretida en su totalidad, aporta una dimensión especial, una jugosidad extra al pescado. Enriquece su alegría en la boca, añade vivacidad a la propuesta. Genial.
Los destellos de creatividad de Cepas con Alberto Taja en los fogones se reflejan en el acompañamiento de este plato: setas de temporada, especialmente aromáticas. La sinfonía final es difícil para algunos paladares.
Son setas poderosas, que roban cierto protagonismo a dos ingredientes supremos como el atún y la panceta, perfectamente conectados. Es cuestión de gustos. Se puede añadir, eso sí, que es un plato de muchísimo nivel, que merece el respeto absoluto de cada una de las personas sentadas a la mesa.
Experiencia más que satisfactoria en esta primera cata en Cepas, una dirección a tener muy en cuenta en cualquier visita a Algeciras y Cádiz. La magnitud del escenario, la eficacia de la sala, con un personal de gran profesionalidad, y la energía que sale de su cocina, son claves en la valoración de este restaurante.
Un precio ajustado para cada uno de los platos, especialmente recortado si se considera el nivel de los fogones y la calidad de la materia prima, redondea el valor de Cepas para quien disfruta con cualquier toque gourmet. Muy, pero que muy recomendable.
