
Rompe esquemas desde el instante inicial. Es un restaurante venezolano, como avanza en cada detalle decorativo nada más entrar, se llama Lumpia, está en pleno corazón de Málaga capital y tributa su homenaje al recetario de aquel país con la mejor “Salsa”. Sí, una salsa musical que es banda sonora perfecta para las salsas gourmet más caribeñas, alegrías para paladares.
El proyecto más reciente de Henry Wong, el cocinero peruano de abuelos chinos que impulsa el éxito del momento, La Barra Inka, se adentra en los platos emblemáticos de Venezuela con un conocimiento profundo del país caribeño.

Henry Wong recorrió aquel territorio con un “food truck”, el verdadero coche escuela para un enamorado del exotismo en la mesa que daba así sus primeros pasos ante los fogones.
Nuestro almuerzo en Lumpia nos ha regalado un tiempo de emociones potentes y relajantes, que nos han relajado tras disfrutar de un par de exposiciones sublimes en el Museo Thyssen malagueño. Este tiempo en la mesa nos ha descubierto un… sushi diferente, especialmente desenfadado.
El sushi del restaurante impulsado por Henry Wong se sale de caminos tradicionales para ofrecer colores, aromas y sabores tan singulares como emocionantes. La sorpresa comienza ya desde la denominación en carta del sushi emblemático de la casa: el sushi parrillero. Hay que probarlo para disfrutar intensamente.
Lumpia es el triunfo del buen producto básico, potenciado con toques exóticos, siempre intensos, que hablan de Caribe mientras escuchas grandes temas musicales de aquel mundo… sin rastro alguno de reggaetón.
Hemos disfrutado de unas patatas bravas, pero bravas… de verdad, 8 euros, con su toque enérgico en el paladar, refinado y nada invasivo. También nos hemos emocionado con un arroz chino con pollo, miel y ajonjolí, o sésamo, repleto de aromas atrayentes, un gran plato para 2 personas por 10 euros.
El apoteósis ha llegado con ese sushi parrillero que os descubro en las siguientes líneas, 15 euros, perfecto para un par de adultos. Os avanzo que lleva un recubrimiento, un “topping”, de batata crujiente que se graba en el cerebro.
Henry Wong ha dado de lleno en el clavo una vez más. Su restaurante más reciente, Lumpia, es exótico, divertido y super competitivo, como evidencia un recibo final por debajo de 55 euros con postre incluido, un postre exquisito.
Lumpia está aún por descubrir pero apunta a éxito, como ya ha confirmado La Barra Inka. Mikel Iturriaga, impulsor de El Comidista en El País, lo ha situado entre los 5 mejores restaurantes de Málaga capital dejando sin argumentos a críticos sesudos, que no saben ni donde está abierto aunque si saben mucho de estrellas fugaces o de soles de medianoche, siempre efímeros.
Si os gusta experimentar, si os apetecen las emociones de calidad con tarifas ajustadas, tenéis una cita con la cocina venezolana llena de notas chinas y con debilidad total por las propuestas japonesas propuesta por Lumpia. Diversión asegurada.

LAS MEJORES BRAVAS VIENEN DEL CARIBE
Es un titular correcto, aunque no lo parezca. Las bravas de Lumpia, grandes, crujientes por fuera, aterciopeladas por dentro, y picantes, con un toque punzante elegante y nada agresivo, son sorprendentes. Muy bien hechas.
Me han recordado algunas de las patatas bravas de referencia en Madrid, capital mundial de la especialidad. Disfrutabas con ese picante poderoso, pero no mortal, que te calentaba el paladar y… el aparato digestivo, además de cautivar por la textura de cada una de las piezas. El equipo de Henry Wong en Lumpia ha conseguido ese punto perfecto.
Son imprescindibles en cualquier visita. Os aseguro que estas patatas se disfrutan con más intensidad cuando te sientas frente al neón que decora el espacio central de Lumpia, marcado por un chino con el sombrero de bambú característico y un texto al pie que dice: Tremendo Chinazooo !!!

EL ARROZ CHINO QUE HABLA DE PLAYAS, DE PALMERAS Y DE SOL
La colonia china de Venezuela, desplegada en el país desde hace décadas, ha recreado su arroz de referencia con ingredientes como: pollo, miel o ajonjolí, también conocido como sésamo.
Es un arroz potente, bien especiado y un pelín picante. Nada que ver con un arroz valenciano o alicantino. Se trata de un plato más informal, más alimenticio y algo menos refinado que los clásicos españoles. Sorprende y divierte. Un plato para dos personas que satisface hasta el último bocado.

PARRILLERO, UN NOMBRE FUERTE PARA UN SUSHI DISTINTO
La carta de Lumpia describe el sushi parrillero como un uramaki relleno de langostino y aguacate con salsa parrillera flameada, que se recubre con batata crujiente, “crunchy”.
Primero las sensaciones. Es como degustar un mambo, sí, una de las piezas musicales fundamentales del Caribe. Tiene ese mismo ritmo. Aromas tropicales, sabores desenfadados y texturas que pasean por el paladar con sus notas singulares, diferentes pero siempre complementarias. En definitiva: descarga total de alegría para cada comensal.
Además es un sushi adictivo que satisface el aparato digestivo con un alto poder nutritivo. Un plato fuera de serie… capaz de enamorar, aunque muchos puristas dirán que es un pecado gourmet. No hagáis caso, es una propuesta que transmite alegría a borbotones.

El uramaki que contábamos al inicio es, según Google, un sushi del revés, que sitúa el alga nori como envoltorio del langostino y el aguacate. El arroz se reserva para el exterior de la pieza.
La salsa parrillera reúne: aguacate, aceite o vinagre… que liberan toda su fuerza cuando se pasa la pistola de fuego, ese lanzallamas pacífico que potencia cada aroma.
Vamos ahora con el final, con la batata crujiente. Es la clave que redondea cada pieza con sus explosiones crujientes en el paladar. Su sabor, casi dulzón, es el contrapunto al sushi y redondea el listado de emociones en la persona que lo degusta. La calificación final apunta muy arriba: 9 sobre 10.
TARTA DE QUESO CON MARACUYÁ Y ARÁNDANOS
Redondeamos este menú mestizo, con influencias chinas y japonesas en el escenario caribeño, con un postre también fronterizo: tarta de queso con maracuyá, arándanos y nata.
También es adictiva ya que combina la elegancia de la tarta clásica con el frescor de los frutos tropicales. Ofrece una fiesta de dulzor comedido que no pasa factura en la digestión por el control total de los azúcares en su elaboración. Impecable.

Henry Wong, que consolidó su carrera gourmet en Venezuela antes de venir hasta Europa, ha creado un rincón exótico en Lumpia. Es la puerta que conduce a una cocina chino-venezolana que merece máxima atención por su alegría, por su vivacidad.
Nos lo hemos pasado muy bien, atendidos en todo momento por un personal de sala super implicado, listo para defender cada plato con mil y un detalles de interés para quienes no conocemos este tipo de especialidades.
Lumpia escalará hasta los puestos de cabeza entre los restaurantes exóticos de Málaga en muy pocos meses. Nos ha convencido.

